Mucha gente afirma no
soñar nunca. Sin embargo esto no es cierto, pues TODOS los animales
con cerebro tenemos esta capacidad.
Dormir y soñar son
cosas diferentes que ocurren al mismo tiempo y ambas son vitales, por
lo que su privación provoca graves consecuencias a nuestra salud.
Mientras dormimos se
regeneran las células que forman todos los tejidos de nuestro
cuerpo. Sólo necesitamos unas tres o cuatro horas para dormir, es
decir, para regenerar nuestros tejidos, pero no es suficiente para
soñar. Para realizar las dos actividades correctamente, los humanos,
necesitamos unas siete u ocho horas. No todos somos iguales
(genéticamente), por lo que algunos precisan más de ocho horas y
otros menos. Aún así, la gente que duerme menos de seis horas, con
el tiempo, puede llegar a tener problemas psicológicos porque no
sueña lo suficiente.
No dormir provoca
consecuencias fatales, como la pérdida de concentración y de
memoria, alucinaciones visuales (a partir de las 60 horas sin dormir)
por la secreción de una hormona semejante al LSD e incluso la muerte
(si no se duerme en 19 días). Esta es una de las peores torturas que
existen, y los que han sido sometidos a ella afirman que es peor que
el dolor físico. No soñar, aunque sí se duerma (si hay un fallo
neuronal o se ha paralizado físicamente la zona del cerebro
encargada del sueño), provoca trastornos semejantes como las
alucinaciones visuales (a partir del segundo o tercer día) y la
muerte, que llega en tres horribles meses.
Por
tanto, si estáis vivos, podéis estar seguros de que soñáis.
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